Es una verdadera pena la falta de cultura musical de la que hacen gala nuestros jóvenes. Y si son pobres peor, y si piden plata más que peor: peorsizimo. Me explico… se imaginan ustedes si viajando en el colectivo se montase un mozuelo y con alguno de los 635 violines stradivarius que aún sobreviven a esta ola de mal gusto y sandungeo y que apeado con el instrumento en cuestión sobre el hombro izquierdo sin mediar palabra alguna nos deleitase con un breve paseo por el concierto para Violín No 2 en Si menor rondo andantino–allegro, del excéntrico Niccolò Paganini? Si esto ocurriese…con qué gusto no le regalarían al pequeñín unos 2 bolívares fuertes? Claro qué sí, es más hasta le pudieran brindar un cafecito al joven artista. Pero noooo, nos someten a torturas auditivas, a tormentosos joropos venezolanos, a innombrables géneros de la detestable música popular y de paso aspiran y esperan que les demos dinero por eso.
¡No hay derecho!
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